miércoles, 13 de febrero de 2013

Solo el hombre sufre

El sufrimiento no existe en ningún otro lugar como no ser en el corazón del hombre. Todos los demás seres vivos viven una existencia feliz y dichosa. Ha habido hombres como Jesucristo, Buda, Lao Tse y otros, que han tratado de mostrarnos el camino que puede conducirnos a la felicidad, pero hemos sido sordos a sus palabras.
Buda siempre hablaba de estar alerta, de estar despierto, y Jesucristo recomendaba lo mismo cuando decía: " el que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que oiga ".
El hombre como todos los seres vivos nace siendo natural, hasta los cuatro o cinco años forma parte del mundo de los árboles, flores, aves, de eso que se ha dado en llamar el Paraíso Perdido. A partir de entonces es domesticado por la sociedad, entonces comienza a vivir según normas, obligaciones, modelos conductuales que aparentemente siendo racionales van construyendo un tejido social que lo aprisiona, y atenta contra su individualidad. El hombre nace siendo un individuo y muere siendo persona.
Una vez que comienza a vivir según reglas hechas por otros, y a aplicarlas a todos sin tomar en cuenta que somos únicos, allí empieza nuestro sufrimiento. Sufrirás porque no puedes amar espontáneamente, no podrás disfrutar ni ser auténtico porque ello te podría traer problemas con el común. Serás visto como algo raro, y hasta pueden considerarte una amenaza social como sucedió con Jesucristo, Sócrates y otros tantos mártires.
Somos una interminable cadena de condicionamientos, que en algún momento pudieron ser adecuados para alguien, pero que es absurdo que conserven una vigencia para siempre y para todos.
El hombre ha terminado por sentirse culpable cuando es feliz. A quienes viven la vida con naturalidad se los considera pusilánimes o incivilizados. Hay un miedo profundo de que si volvemos a ser naturales volveremos a ser salvajes. Empezamos entonces a interferir con la naturaleza, y allí comienza nuestra angustia y nuestro sufrimiento.
Debemos ser muy cuidadosos en nuestra manera de educar, y debemos tratar de comprender más a los niños de los cuales es mucho lo que podemos aprender. Debemos ayudarlos a agudizar la inteligencia, la inteligencia es consciencia, es parte del espíritu que es lo que nos hace humanos. Si quieres ser verdaderamente libre y encontrarte con el que verdaderamente eres, y no con el que han hecho de ti, debes tratar de reconstruir tu pasado y concientizar como te fueron condicionando, y ver si estás de acuerdo con aquello que te inculcaron como correcto o incorrecto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario