domingo, 3 de febrero de 2013

Participacion

Los adultos solitarios corren un gran riesgo. Enfermedades cardíacas y deficits inmunológicos están asociados con la soledad. Los hombres viudos, solteros y divorciados sufren más enfermedades que los casados o los que viven en parejas estables.
Estar aislado es la mayor tragedia del ser humano y la forma más expedita de generar el estrés.
Hay quienes sostienen que el núcleo del temor es el aislamiento. La soledad nos hace revivir inconscientemente los años de la infancia en que, no podíamos sobrevivir por nuestra cuenta y dependíamos de la solicitud de nuestros padres, o de los adultos responsables de nuestra crianza.
En la búsqueda espiritual de significado, Tolstoi un agudo observador de la naturaleza humana, se pregunta y se responde: Quién es la persona más importante con la que se puedes estar ? La persona más importante es aquella con que se está en cada momento. Que es lo más importante que se puede hacer ? Ser de utilidad para la persona con quién se está en cada momento.
Cuál es el momento más importante para hacerlo ? Ahora mismo, porque es el único momento sobre el cual tenemos dominio.
Necesitamos participar activamente en nuestras vidas y no ser simples observadores. La sabiduría celta dice: " Eres lo que haces. Eres un hacer. En el hacer está tu ser. Si una idea no se transforma en un hecho, enferma la ilusión y te deja sin esperanza. Y agrega: los hechos unen las ideas dividen ".
Para podernos sentir más vivos tenemos que crear una vida a base de entusiasmo, dedicación y compromiso. La sociedad se ha vuelto compleja y excluyente, transformando al individuo en un mero observador, así por ejemplo, vé televisión o cine, presencia espectáculos deportivos, teatrales o de cualquier otro género, asiste a competencias, es decir siempre va a observar lo que los protagonistas o expertos hacen, y él se mantiene en una posición pasiva en la cual se siente existencialmente excluído, y que va induciendo en él una sensación de incapacidad, torpeza o minusvalía.
El hombre común se convierte en un simple " aplaudidor " de lo que los expertos hacen. Emocionalmente hablando, produce mayor satisfacción cualquier práctica amateur en la cual participamos, que ser simples observadores donde estrellas y luminarias hacen alarde de sus habilidades y destrezas. La vida no está concebida para ver, aplaudir y admirar lo que otros hacen, sino para disfrutar de hacerlo aun cuando no seamos profesionales en la materia. 
El sentido de la competencia y un sentido mal entendido del ridículo, nos exime por ejemplo, del disfrute de cantar y de bailar porque no somos un Caruso o un gran bailarín; nos recuerda el sentido festivo, alborotado y felizmente bullicioso con que vivía Zorba el Griego.
 
 
 

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