jueves, 7 de febrero de 2013

La inutilidad de la preocupacion

Algunas personas creen que preocuparse es útil porque la confunden con planificación.
Pero la preocupación es algo muy diferente a la planificación. Planificar tiene un propósito y un objetivo, es algo determinado por la creatividad, conduce a un cambio constructivo y aumenta la energía.
La preocupación, en cambio, está determinada por el temor y conduce a la confusion y el agotamiento. Cuando se encuentra atrapado en la preocupación estará efectivamente ausente de su propio cuerpo. Es como si no estuviera nadie en casa, y esto contibuye a la dificultad para atender a las actividades rutinarias.
Cuando se ha caído en la preocupación hay que cambiar la marcha hacia una planificacion constructiva, desprenderse de lo que no está ocurriendo y conectarse con lo que sucede.
Una fórmula podría ser meditar andando: Observe detenidamente el escenario por donde camina: abra su conciencia a los colores, las fragancias, a los detalles del ambiente en que se encuentra. Sea consciente de su cuerpo mientras camina. Observe el ritmo de su respiración. Camine lentamente y concéntrese en cada paso. Sea consciente de cada movimiento: levantar el pie, desplazar su peso, volver a bajar el pie. Al respirar digase: al inspirar calmo la mente y el cuerpo; al espirar sonrío...
De esta manera en lugar de centrar la atención en las escenas interiores de preocupacion o temor, desplaza la atención hacia el momento presente, hacia las sensaciones físicas del respirar y caminar y hacia las cosas del ambiente que le rodean; así regresará a su cuerpo y vuelve a recuperar el control de su mente.
El gran instrumento con que contamos para desprendernos de la preocupación es conciencia, conciencia y más conciencia. Mientras más consciente seamos menos terreno abonado para las preocupaciones seremos. Algo también a tener muy en cuenta es no querer ni comprometernos a hacer demasiadas cosas simultáneamente. Hemos venido a la vida a vivir, las complicaciones nos las buscamos nosotros.


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