domingo, 13 de octubre de 2013

Reflexiones VI

Vivimos para no vivir, porque vivimos en el pasado o el futuro y lo único real es el presente.

La vida que es el trayecto de la cuna a la tumba se construye en base a esperanzas y esperanzas.


Hay quienes por vivir enfocados en el futuro, dejan que el presente que es lo único real se les escape de las manos.

La vida es riesgo, quien no lo entienda así por temor a vivir no habrá vivido. Es preferible llorar por lo que hemos perdido que nunca haberlo tenido.

La razón de la vida es vivir, los que se empeñan obsesivamente en un logro pueden hacer de la vida una condena.

Si no somos capaces de incorporarle algo nuevo a la vida cada día, habremos envejecido precozmente.

En la vida el verdadero fracaso es no intentarlo, equivocarse es simplemente prepararse para hacerlo mejor.


lunes, 7 de octubre de 2013

Reflexiones V

Hacer el amor es un absurdo. Hay que ser el amor si queremos vivir una vida plena, pletórica de sueños y esperanzas. El amor es algo que nos trasciende, un regalo de Dios, un atributo divino que Dios ha puesto al alcance del humano.
 
Nada que tiene vida puede permanecer en reposo absoluto, el reposo absoluto es una condición inhrente a la muerte, a la que por su naturaleza llamamos el reposo eterno; para el hombre lo deseable es una tranquilidad creativa.

La juventud se caracteriza por su flexibilidad y ductilidad, la rigidez e inflexibilidad son indice de envejecimiento. Con todas sus insuficiencias y desventajas es preferible llegar a viejo.
 
La gracia suele ser una atributo propio de la juventud, igualmente la inquietud y el movimiento; en cambio la vejez está diseñada para la quietud y el descanso, y obligada a portarse bién para no dar el mal ejemplo.
 
El miedo es el estímulo para mantenernos alerta en situaciones que amenazan sobrepasarnos, o que de alguna manera atentan contra la integridad y la vida.
 
En una sociedad permisiva nada es mejor ni peor, todo es lo que tiene y como tiene que ser ; un ambiente de tales características facilita un crecimiento sano y productivo.
 
Reconocer nuestra ignorancia no debería ser motivo de verguenza, sino un estímulo para superarla. El reconocimiento de nuestros defectos y minusvalías es la única forma de poder trascenderlos. 
 

domingo, 6 de octubre de 2013

Reflexiones IV

La risa es el testimonio de que hemos hecho de la vida un acontecimiento feliz. Los que nunca ríen y ni siquiera sonríen han hecho de la vida una condena.

Cuando aceptamos las cosas como van viniendo, podemos terminar haciendo de la vida una bendición, y los imprevistos que van llegando un estímulo para seguir creciendo.

No siempre la crítica es dañina, lo que puede ser dañina es la forma de encararla, la falta de tino con que la hacemos o el momento que escogemos para hacerla.

La mente crítica nos condena a vivir de espaldas a nosotros mismos, de esa manera nos incapacita para ser feliz. Cuando criticar se hace un hábito tendríamos que revisar la causa de nuestra infelicidad.

Hay momentos en que el ego nos abandona permitiédonos sentir vivencias orgásmicas; son los momentos más productivos de la vida, en los que podemos dejar constancia de haber vivido.

Quienes os enseñan a sentiros culpables, en mucho contribuyen a consolidar una personalidad depresiva. El afán de dominio de quienes nos educaron en mucho contribuyeron a volvernos indecisos y taciturnos.