sábado, 28 de septiembre de 2013

Reflexiones III

El mundo es el reflejo de lo que ponemos en él, si ponemos odio eso es lo que nos devuelve. Si lo llenamos de amor no será un mundo sino un paraíso.

La muerte es la única certeza que hay en la vida. No hay que verla como una sentencia inapelable, sino con la convicción de que todo lo que empieza termina.

El hombre suele ser la víctima cuando hay conflicto entre la sociedad y la naturaleza. Lo que es difícil entender es que entre hombres también se destruyan.

La mente astuta ha ido desplazando al corazón como la brújula de la vida. Cuánto más apelamos a nuestra inteligencia más distancia vamos poniendo de nuestra verdadera naturaleza.

Cuando el amor se torna exigente termina en la desdicha y el sufrimiento. Un amor que cada día aumenta la exigencia  más parece una inversión a plazo indeterminado.

La evolución del hombre es un proceso que va de la inconsciencia a la conciencia. La racionalidad y la ciencia dependen de la conciencia, pero la inspiración, la poesía y el amor son expresiones del inconsciente.

Cuando ameis trata de que el amado(a) nunca sea el responsable de los desencuentros. Lo que depende de ti, malo o bueno es tu decisión y sabrás como enfrentarlo.