sábado, 2 de febrero de 2013

Perdon

El perdón es el gran instrumento que nos permite desprendernos del veneno emocional que nos hace sufrir. Pueden ser muchos los acontecimientos y comportamientos que nos dejaron profundas heridas en el alma: de dolor, rencor, humillación, tristeza, verguenza, y de estos rezume aquello que nos lastima.
Si a la herida abierta se agrega un veneno emocional permanente, podemos terminar enfermos de la mente y de la vida afectiva. Sea lo que alguien nos haya hecho o nosotros mismos, debemos perdonar, no porque el agravio merezca el perdón, sino por una razón sencilla y poderosa; el perdón es un acto de amor hacia uno mismo. Los que no se aman no pueden perdonarse, a veces para poder perdonarse, hay que comenzar por amarse.
Es más fácil perdonar el pecado ajeno que cuando hemos pecado contra nosotros mismos.
Cuando el pecado es ajeno sólo somos agraviados, cuando hemos pecado contra nosotros somos agraviados y agresores; nos cuesta perdonar que nosotros en vez de amarnos nos hayamos odiado, en vez de protegernos nos hayamos agraviado.
Pareciera que en el fondo de nosotros algo nos recriminara y nos echara en cara el haber sido nuestros propios agresores, como si se tratara de una agresión contra el propio Dios que llevamos adentro; de cierta manera hay algo de razón porque estamos atentando contra la obra más perfecta de Dios que somos nosotros.
Es dificil perdonarnos a nosotros mismos por eso a veces recurrimos a terceras personas; porque nuestro verdadero perdón no es sólo por lo que hemos pecado, sino por dejar de ser pecador. No es por habernos dañado sino por el compromiso y responsabilidad que implica dejar de ser autodestructivos.
A quien culpabilizar por lo que nosotros mismos nos hacemos. Cómo poder perdonarnos de estar autodestruyéndonos ? Sólo hay una manera, dejar de hacerlo; por eso nuestro verdadero perdón no es sólo por lo que hemos pecado, sino por dejar de ser pecador. No es por habernos dañado sino por el compromiso y responsabilidad que implica dejar de ser autodestructivos.
Perdonar a otro es fácil porque podemos seguir siendo los mismos, perdonarnos a nosotros mismos es dificil porque lleva implícito el compromiso de dejar de ser lo que hasta ese momento hemos sido. La compulsión a la repetición del inconsciente, y haberse acostumbrado a vivir en la oscuridad puede hacernos pesimistas en cuanto a vivir conscientemente o sea, vivir en la luz.
Cómo sabrás que te has perdonado ? Cuando oigas hablar de tu pasado y aunque lo visualizes ya no sientes nada. Ya no hay reacción emocional, sólo un mal recuerdo en la memoria.


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