jueves, 14 de febrero de 2013

La responsabilidad de ser uno mismo

Madurez significa lo mismo que inocencia, pero con una diferencia: es recuperar la inocencia, es volver a recordar. La madurez es volver a nacer; es un nacimiento espiritual. Empiezas a ver la existencia con nuevos ojos. Te diriges a la vida con amor del corazón; vas hasta el fondo de tu ser con silencio e inocencia.
Crecer y madurar es una prerrogativa del ser humano. Sólo unos pocos ejercitan tal bondad.
La vida debe ser una búsqueda, no un deseo sino una búsqueda; no la ambición de convertirse en esto o aquello, en un Presidente o un Ministro de un país, sino una búqueda para descubrir: Quién soy Yo?.
Escucha a tu ser; si estás en silencio meditativo empezarás a sentir cómo eres. Sé la persona que eres. No intentes ser otra cosa distinta y te convertirás en una persona madura. La madurez es aceptar la responsabilidad de ser uno mismo, cueste lo que cueste. Arriesgar todo con tal de ser uno mismo, en eso consiste la madurez.
No hay un camino directo de la cabeza al ser, tienes que pasar por el corazón, y todas las sociedades son destructivas del corazón. Madurez significa recuperar de nuevo tu inocencia, reclamar tu paraíso, volverte de nuevo como un niño. Por supuesto, hay una diferencia, un niño corriente está destinado a ser corrompido, pero cuando recuperas tu infancia de nuevo, te vuelves incorruptible.
El envejecimiento no es algo que haces, sino algo que sucede fisicamente. Con el tiempo cada niño se hará viejo; la madurez es algo que tu aportas a la vida, surge de la consciencia. Una persona madura nunca vuelve a cometer el mismo error. Pero si sólo es un viejo volverá a cometer los mismos errores una y otra vez. Vive en un círculo y no aprende nada.
Un hombre maduro nunca decide el futuro, la propia madurez se ocupa de ello. Vive en el presente, y la vida misma decidirá como será el mañana, será consecuencia de ella.
Hacerse viejo no significa hacerse sabio. Si eres idiota cuando eras joven, cuando seas un viejo sólo serás un viejo idiota, nada más. Una persona madura estará aprendiendo incluso a través de la muerte. Acepta la totalidad con sus agonías y sus éxtasis, acepta el dolor, la frustración y el sufrimiento con serenidad y estoicismo.
Cuando has madurado estás agradecido con todo y estás preparado para morir. La muerte deja de ser una enemiga para transformarse, simplemente, en la culminación de la vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario