lunes, 11 de febrero de 2013

El miedo

El miedo es la emoción que más daño puede hacerte en la vida, al extremo tal que podemos decir que si vives lleno de miedo, no vives. Si tienes miedo a la muerte nunca conocerás la vida; cuando se siembra el miedo a un nivel intolerable, sucede la paradoja, la amenaza del miedo nos obliga a enfrentarlo; ya nos nos paraliza, por el contrario, rompemos las cadenas con las cuales nos sometía.
Cuando el miedo llega a su máxima expresión inevitablemente aparece el estallido de la libertad. La ley es el miedo escondido, todo lo que se logra a través de la ley, lleva en si mismo un deseo y una fuerza de signo contrario. Si una sociedad se sustenta solamente en la ley estará dominada por el miedo; sólo cuando se sustenta en el amor el miedo desaparece y no es necesario la ley, mucho menos la represión, que es la ley de la fuerza y el despotismo. No podemos imponer nada en nombre del amor, porque el amor muere si lo privamos de libertad.
No se puede apelar al miedo para justificar supuestos actos de amor, porque el miedo es precisamente ausencia de amor; cuando amas no existe el miedo, cuando amas más, desaparece el miedo, si amas totalmente, el miedo estará absolutamente ausente; esto es lo que hizo que Cristo soportara todo tipo de vejámenes y sufrimientos con tal muestra de estoicismo.
Al miedo no se le debe oponer con más miedo o con una oposición anti-miedo, sino con grandes demostraciones de amor. Ante el miedo no se debe reaccionar sino responder, responder significa ignorar el miedo, a la agresión, y mantenerse firme en el amor.
Ante los que siembran el miedo no te opongas, simplemente donde El lleve el miedo lleva Tú el amor. EL MIEDO NUNCA PODRA SUBSISTIR DONDE HAY AMOR. Si el miedo pudiera lograr sus objetivos, hace ya tiempo habrían desaparecido las leyes, las cárceles, la pena de muerte.
Es necesario una actitud completamente distinta, la actitud del amor. Cristo aporta amor al mundo, destruye la Ley, el fundamento mismo de la ley, de cierta manera estaba predicando el advenimiento de una sociedad basada en el amor; contraria a aquella sociedad criminal que es la que está basada en el miedo, la agresión, la represión y la violencia.
El cristianismo nos enseña a no combatir la violencia con la violencia, sino con el amor; nunca entrar en el juego de los que te quieren llevar al terreno de la violencia, ESA SERA TU PERDICION. LOS QUE NO TIENEN MALDAD EN EL CORAZON SIEMPRE SERAN LAS VICTIMAS, NUNCA LOS VICTIMARIOS. 
 


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