viernes, 15 de noviembre de 2013

Reflexiones X

Es lógico que el temor a a sufrir nos haga prudentes y prevenidos; que seamos cuidadosos en todo lo que hacemos y propósitos en que nos empeñemos, pero conscientes que sin un mínimun de riesgo la vida puede terminar siendo inconclusa.

En la naturaleza todo es como tiene que ser y debemos aprender de ella. Empeñarnos en ser dueños y guardianes de todo ha traído más problemas y tragedias; el hombre jugando a ser Dios y queriendo controlarlo todo, ha sembrado en el mundo más dolor y desesperanza.

La naturaleza del amor es ser bizarro y si te empeñas en domesticarlo puedes terminar destruyéndolo. Habitualmente decimos que Dios es amor, habrá alguien que pueda controlarlo. La naturaleza divina del amor nos exige, no que se entregue a nosotros, sino que nosotros nos entreguemos a él.

La mujer cuando decide ser madre debe estar consciente, que tendría que renunciar a la coquetería y al derecho de sentirse bella; la maternidad lleva implícito el compromiso de posponerse a los requerimientos de otro ser humano.



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