miércoles, 11 de diciembre de 2013

Reflexiones XIV

El tiempo mejor utilizado en la vida no es precisamente el usado en amasar fortuna y riquezas. Son las horas de reflexión y meditación mediante las cuales alcanzamos a descubrir lo que realmente somos y aquello de valor supremo con lo cual le damos sentido a la vida.

La felicidad propia es el mejor ejemplo y enseñanza que en la materia podemos dar, a las personas que nos interesan y por quienes sentimos especial deferencia. Nadie puede hacer feliz a nadie, la felicidad se puede compartir pero nunca hacer nacer donde no existe y ni siquiera se ha conocido. En la vida hay cosas de las cuales cada uno es el único responsable y la felicidad es una de ellas.

La mente tiende a aferrarse a lo que le da felicidad o le produce seguridad. Es bueno acercarse con prudencia a aquellos que estamos seguros tendremos que separarnos; se dice que Buda recomendaba a sus discípulos no estar mucho tiempo en el mismo lugar y con la misma gente.

Tal vez lo que más nos hace temer al matrimonio no sea la posibilidad de que termine pronto, sino por el contrario la duración y permanencia con la cual ha sido concebido y en el fondo la única razón de ser. Pareciera que lo que llamamos amor no lo fuera, porque algo que lleva implícito el amor no debe haber temor de que termine pronto y sujetarlo por el imperio de la ley.


1 comentario: